El Huerto de Lucas, un paraíso ecológico

En esta entrega vamos a hablar de algo a lo que tanto Ester como yo profesamos eterno amor: la comida (ahora en serio ¿quién no?). Este viernes fue el cumple de Ester, y decidimos hacerle una cena sorpresa en El Huerto de Lucas. Un restaurante 100% ecológico que llevaba queriendo probar desde hacía ya un tiempo y no había tenido la oportunidad.

Es un restaurante pero también es un mercado, así que se puede comprar desde champú a comida para perros. Tienen dos, uno en la calle Hermosilla, y otro en la calle San Lucas, en la zona de Chueca. Nosotros fuimos a ese. Se consideran como un proyecto ecogastrocultural, que aunque suene muy enrevesado, no lo es. Simplemente venden y tratan con productos que son buenos tanto para el medio ambiente como para la salud.

Nada más entrar, un montón de plantas colgadas de la pared nos dieron la bienvenida. Es un espacio totalmente vivo, donde todos los materiales y alimentos son naturales. De hecho, hasta el baño es orgánico. De verdad, no tienen perfumes, y te piden perdón por los posibles olores que puedan surgir tras una visita al retrete...

Una de las zonas del mercado (¿qué tengo aquí? ¡qué lindo es!)

Total. Que ahí estábamos, ya con Ester, y sin poder decidirnos ¿Queremos vino orgánico? ¿O un batido de pomelo y espinacas? ¿Cómo de grande es la hamburguesa? ¿Es este cerdo vegano? (sí, esa fue una de las preguntas... gracias, Santi). Al final nos decantamos por un rösti de patata con salsa fría de zanahoria y curry que era sin gluten y vegano. Sinceramente, nos pareció muy pequeño para el precio que tenía. Éramos nueve y hubo que racionarlos estrictamente.

Rösti de patata con salsa fría de zanahoria y curry

De platos principales, Ester se aventuró con un pita pulled pork con salsa de yogurt con pan sin gluten y sin huevo, y yo decidí ir a por una veggie eco-burguer vegana de remolacha y mijo. No voy a mentir, pero estaba deliciosa. Hay veces que las hamburguesas vegetarianas están un poco secas, y si no os lo creéis solo tenéis que probar el seitán. El pan era de cereales, y estaba todo acompañado por ketchup y mostaza orgánicos y mayonesa vegana (de verdad, ni siquiera sabía que esto existía). Por como dejó Ester su plato, asumo que su pita también tuvo mucho éxito (ñam, ñam).

Veggie eco-burguer vegana de remolacha y mijo

Pita pulled pork con salsa de yogurt con pan sin gluten

Para cuando llegó la hora del postre apenas podíamos respirar de lo llenos que estábamos, pero bueno, todo el mundo sabe que el postre va directo al corazón. El camarero nos trajo por sorpresa (pero no gratis) un trozo (ENORME) de tarta de zanahoria sin gluten con su velita y todos pudimos cantarle el Cumpleaños Feliz (¡bieeeeeeen!).

Mayonesa vegana

En general, el sitio es de lo más original. Tiene un montón de opciones, y todo está señalado en la carta por colores, por lo que es muy fácil reconocer los platos por alérgenos o estilo. El sitio en sí es de lo más relajado, con las plantas colgando, los muebles de madera de jardín, es muy luminoso, el espacio abierto, etc...


El servicio también es genial, nuestro camarero estuvo muy pendiente y respondiendo a todas nuestras preguntas con infinita paciencia. Sí que es un poco caro, pero también hay que tener en cuenta que TODO es natural, hasta el papel de la carta. En total, nos gastamos unos 23€ (pero porque invitamos a Ester ya que era la homenajeada).  Los demás pagaron alrededor de 17€.

Y hasta aquí nuestra primera... ¿crítica? de un restaurante. Si queréis saber más os recomendamos que visitéis el blog Masticando Madrid, donde también hablarán sobre El Huerto de Lucas. Tienen un montón de entradas sobre restaurantes tan variados como la vida misma, en serio, son mejores que Trip Advisor. Ya sabéis ¡contadnos en los comentarios si habéis tenido el placer de ir y qué os ha parecido!