Mi experiencia como vegetariana

Tomé la decisión de ser vegetariana en mayo de 2015, por lo que llevo unos ocho meses. Dar el primer paso no tiene por qué ser difícil pero cada situación y cada persona varía mucho. Yo os voy a contar mi experiencia y mis razones. La verdad es que siempre he sido muy animalista. Recuerdo perfectamente que cuando éramos pequeños, mi tía nos llevaba a mi hermano y a mí al circo cada año, y hubo uno que no pude más porque la imagen de ver a animales naturalmente salvajes dominados de esa forma me rompía el corazón. Soy animalista de corazón, nunca he trabajado con animales ni los he estudiado. No se dónde está la línea entre conservación y encarcelamiento, así que quiero dejar muy claro que hablo desde el corazón y de lo que yo siento. Y sé que aunque SeaWorld  rescate a X animales al año, que tiene orcas para estudiarlas, y todo eso, también sé que para un animal de ese tamaño no puede ser satisfactorio estar en esas piscinas con tanto ruido.

En fin, que me voy. En mayo tomé la decisión porque me sentía muy hipócrita. Entonces estaba de erasmus en Inglaterra y no hubo ningún problema. Inglaterra además lo pone muy fácil. Llevaba mucho tiempo pensándolo, algunos amigos me decían "vas a durar una semana" o "te gusta demasiado la comida", pero no les hice caso. Un día me levanté y les dije a mis compañeras de piso que se podían quedar con mi carne de la nevera. En un principio dejé simplemente la carne y el pescado, y empecé a probar distintas alternativas a la leche. Cuando se lo conté a mi familia, mi madre me apoyó mucho hasta que volví a España. Es difícil tener una dieta distinta cuando vives en casa, sobretodo cuando no es una alergia o intolerancia y la gente lo ve como un capricho. Llegamos a un acuerdo; seguiría sin comer carne pero comería pescado. Así que no soy una vegetariana de verdad (confession time), algo que me recuerdan en cada reunión familiar (gracias). No tomo nada de leche de vaca, pero sigo con el queso y los huevos. La verdad es que mientras siga viviendo en casa es lo máximo que puedo hacer.

Del banco de imágenes MorgueFile

En todo este tiempo, no he echado de menos la carne. Pero pensaba que en España sería mucho más difícil, con todas las patas de jamón colgando y todo eso, pero solo es cuestión de saber dónde buscar. La verdad es que es algo totalmente prescindible, desde que no la como nunca me he sentido desfallecer (y tampoco soy extremadamente sedentaria), ni más cansada, hago mi vida igual que antes. En cuanto a mi salud, estoy perfectamente, me hice unos análisis hace poco y todo estaba en orden. Pero sí que requiere cierto compromiso. También depende de las razones, pero en mi caso, intento que todos los productos que uso sean veganos o por lo menos cruelty-free. Es difícil, y en ocasiones, caro, pero todo es investigar, y cuanto más leo sobre el tema, más me interesa. Es muy difícil vivir de manera sostenible, a pesar de la cantidad de recursos que tenemos, nos es muy difícil renunciar a ciertos privilegios, y entiendo que aunque no participe en la industria ganadera, escribo esta entrada desde un ordenador que seguramente lo hayan fabricado niños en Bangladesh. Así que no os sintáis desmotivados si os resulta difícil. Cada persona es un mundo, y cada uno hace lo que puede. Nadie más que vosotros mismos os va a juzgar.

Como casi todo, esto es más fácil si conoces a alguien, y yo justo conocí a Brooke, una chica vegana que me llevó a distintos restaurantes de Madrid y me contó dónde encontrar comida vegana sin que mi cartera muera en el intento. Si no conocéis a nadie, habladlo con amigos, familia, contadles vuestras razones y puede que se os unan, o al menos os apoyen.

Y hasta aquí mi experiencia, si tenéis cualquier pregunta o comentario no dudáis en comentarlo. ¡Espero que os ayuda!



Alicia