Viva Burger: ¿quién dijo que las hamburguesas tenían que ser de carne?

Hace ya casi dos meses fuimos a cenar a Viva Burger, pero como lo bueno se hace esperar, no hemos publicado nuestra reseña hasta ahora. Y, sí, esto es un adelanto de lo que os vamos a contar: este restaurante vegetariano y con opciones para celíacos y veganos es una maravilla. 

Cuando descubrimos este sitio, pareció una señal, ya que cumplía los requisitos para que Alicia y yo pudiéramos ir juntas. Teníamos muchas ganas de probarlo, ya que una amiga nos había dicho que sus hamburguesas vegetarianas estaban muy buenas, y como la comida se juzga con el propio paladar, esta visita era de obligado cumplimiento. Nos acompañaron Santi, un amante nato de la comida, y Antonio, un carnívoro convencido. Conseguimos liarles para que vinieran con nosotras aunque Antonio tenía sus dudas acerca de sus hamburguesas ya que para él, una hamburguesa sin carne no puede llamarse hamburguesa. 

Nada más entrar empezó el encanto. Es un lugar pequeñito pero muy acogedor. Tiene una decoración muy bonita y nada recargada, así que las buenas sensaciones comienzan desde que cruzas el umbral. Las mesas están decoradas con velas, al menos por la noche, y todos sabemos que las velas le dan un toque muy íntimo a cualquier rincón. Habíamos reservado mesa porque este tipo de restaurantes tan pequeñitos se llenan muy rápido, e hicimos bien porque cuando aparecimos a la hora prevista, la única mesa libre era la nuestra. 

Cuando nos dieron la carta, me levanté a preguntar qué platos podía tomar siendo celíaca y cuál fue mi sorpresa cuando el camarero me dijo que prácticamente cualquier plato lo podían adaptar, incluso las croquetas porque se hacen con maíz. En ese momento casi me pongo a dar saltos por el restaurante. Cualquier celíaco sabrá que normalmente los lugares que incluyen opciones sin gluten tienen una oferta muy limitada, así que esta respuesta le sumó 30 puntos al encanto que ya tenía Viva Burger. Me senté muy feliz y aquí llegó el "problema": acostumbrada a no tener casi dónde elegir, me volví loca sabiendo que podía pedir casi todos los platos de la carta. Finalmente Santi y yo elegirmos una Queen Burger (la mía sin gluten), Alicia una Burger del Bosque y Antonio una Chingona. Pensamos pedir un entrante, pero las hamburguesas tenían fama de llenar bastante, así que nos lanzamos directamente a ellas. 

Todas las hamburguesas vienen acompañadas de unas patatas gajo buenísimas con una salsa aún mejor. De hecho, aún tengo la duda de qué fue lo que más me gustó, porque la verdad es que los niveles están bastante altos.

Como podéis imaginar, la del pan distinto es la hamburguesa sin gluten. Y he de decir que aunque es difícil encontrar un pan sin gluten de calidad, en este caso tiene un resultado muy bien conseguido (no sé si por la combinación con la hamburguesa que está muy jugosa, pero el caso es que pocos panes mejores he encontrado). Casi todas las hamburguesas están hechas con una base de avena, cacahuete y manzana (en el caso de las de celíacos, obviamente son sin avena), y acompañadas con distintos ingredientes según el tipo que se pida. La Burger Queen, por ejemplo, llevaba queso curado, cebolla caramelizada y tomate asado. Se me cae la baba de recordar su sabor. 

Cuando Antonio le dio un mordisco a la suya, su cara fue un poema. Todos sabíamos que no se esperaba nada del otro mundo, pero no pudo negar que estaba increíble. Estas hamburguesas rompen con el mito de que los vegetarianos sólo comen ensaladas, y lo rompen pero bien. Son una auténtica explosión de sabores que nada tiene que envidiar a la carne. Así que la noche estaba siendo perfecta, una cena de diez. 

Como comentaba más arriba, estas hamburguesas tienen fama de llenar, y así fue. A pesar de que al principio 13,50€ nos pareció algo caro, en realidad merece la pena. Prefiero pagar ese precio por una hamburguesa vegetariana, sana y tan increíblemente buena que gastarme un par de euros menos por cualquier otro plato en cualquier restaurante. Porque además con un plato te quedas más que satisfecho. 

Como no todo podía ser perfecto, la mala noticia llegó a la hora del postre, ya que no tenían ninguna opción disponible para celíacos. Me quedé con las ganas de probar algo dulce, pero teniendo en cuenta la buena experiencia que tuve en general, se lo perdono. Alicia, Santi y Antonio se pidieron una tarta de zanahoria con crema de queso blanco que también triunfó bastante. De todas maneras, hay que reconocer que la guinda de este lugar son sus hamburguesas (aunque tenemos que repetir y probar el resto de platos).

Finalmente, en honor a los comentarios de Masticando Madrid sobre los baños, tenemos que hablaros de ellos, porque están decorados muy en la línea del restaurante, y Alicia y Santi no pudieron evitar sacar algunas fotos ya que yo no bajé (os dejo sólo esta porque hay cientos de sus caras en los baños).

Alicia y yo somos críticas en nuestras entradas cuando el producto/restaurante lo requiere, pero en este caso, Viva Burger se ha convertido en nuestro templo. Le damos un 10 a sus hamburguesas, porque no es fácil convencer a un defensor completo de la carne como Antonio, pero en Viva Burger lo han conseguido. En cuanto podamos, repetimos seguro.

Y vosotr@s, ¿conocíais Viva Burger?

Ester