Trabajo como camarera y día a día veo cómo la mayoría de la gente solicita productos sin azúcar. Me piden una Coca-Cola Light , una Coca-C...

Dulce engaño

6:30 Consumo Natural 0 Comments

Trabajo como camarera y día a día veo cómo la mayoría de la gente solicita productos sin azúcar. Me piden una Coca-Cola Light, una Coca-Cola Zero, me preguntan si tenemos Nestea sin azúcar o preguntan si podemos darles edulcorante para el café. Y os juro que a veces me dan ganas de sentarme a su lado y preguntarles: ¿sabéis lo que es el aspartamo?

Así que en un arranque de frustración por no poder expresarme con libertad con los clientes, os pregunto a vosotros: 
¿Sabéis lo que es el aspartamo?

No voy a ponerme muy técnica en la explicación porque ni soy una experta en el tema ni creo que os interese un razonamiento científico largo y aburrido porque para eso hay un montón de estudios que podéis encontrar en Internet si queréis profundizar más en el asunto (como éste). 
El aspartamo es un edulcorante que se puede encontrar en la mayoría de productos light (e incluso en algunos que no se definen como tal –como la Fanta normal) ya que es el más utilizado de todos los existentes pese a sus terribles consecuencias. Creo que sólo con el hecho de que uno de sus componentes sea el metanol queda más que claro que muy sano no puede ser. El metanol es un compuesto químico utilizado, entre otras cosas, como anticongelante de vehículos y combustible de estufas. Eso es lo que le das a tu organismo cada vez que ingieres aspartamo. Hay un documental sobre el tema llamado Sweet Misery: a poisoned world (he de confesar que aún tengo pendiente el verlo), consecuencia de la experiencia personal de Cori Brackett, quien sufrió un caso de esclerosis múltiple después de empezar a beber Coca-Cola Light y que una vez se recuperó y pudo volver a caminar y hablar, decidió investigar la relación entre estos dos hechos. La presencia del metanol en el organismo produce una toxicidad que afecta principalmente al sistema nervioso, así que la asociación entre esta ingesta de aspartamo y el terrible suceso que sufrió Cori no es ninguna locura.

Dentro de esta triste realidad y tras recomendaros que intentéis reducir o eliminar el consumo de este tipo de productos que en el 99% de los casos contiene aspartamo (y ya si os leéis el etiquetado de lo que compráis para confirmar que no lo tiene… lo bordáis) voy a centrarme en un caso particular de consumo innecesario de este edulcorante: los chicles.

Puede parecer una tontería pero un chicle es un producto que no aporta nada al organismo, no alimenta ni posee nutrientes y, sin embargo, su consumo es muy habitual. El caso es que no sé por qué razón, todos los chicles que se fabrican (o al menos la gran mayoría, ya que no he sido capaz de encontrar otra cosa en el mercado) son sin azúcares, lo que implica la utilización de un edulcorante en sustitución que en la mayoría de los casos es aspartamo. Cuando escuché hablar por primera vez del aspartamo fue en relación a los chicles y yo, en mi inocencia, estaba convencida de que encontraría alguna marca cuyos ingredientes fuesen más o menos aceptables o que al menos utilizaran azúcar en lugar de edulcorante. Busqué y busqué, perdiendo mi tiempo porque nunca encontré nada así que tomé la decisión de dejar de tomar chicles. Creo que casi todos mis amigos están hartos de la palabra “aspartamo” y han conocido su existencia a la fuerza ya que siempre que me han ofrecido un chicle no sólo les he dicho que no quería sino que les he explicado los motivos. Que ahora soy la loca del aspartamo, vaya. Lo bueno es que hay gente que se ha concienciado y por ejemplo Alicia le habló a su madre de ello y tiraron un bote de aspartamo que tenían en casa. Ya sólo por eso merece la pena, oye.

El caso es que os cuento este caso en particular porque a mí al principio se me hacía duro. Bueno, duro quizá no es la palabra, pero me ofrecían un chicle y realmente me apetecía… y tenía que forzarme a decir que no. Y una parte de mí pensaba: con lo pequeño que es un chicle… no será tan importante, ¿no? Pero terminé convenciéndome de que era una buena opción para empezar ya que otros alimentos con aspartamo sí son “alimentos”, y quitarme los chicles era quitarme de algo perjudicial innecesariamente.

Ahora que llevo años sin comer chicles me doy cuenta del gasto innecesario que suponían y, sobre todo, me asombra lo mucho que estaba perjudicando a mi salud sin apenas ser consciente, con algo que es en apariencia tan insignificante.

Sé que es difícil cambiar de hábitos, dejar de tomar cosas que nos gustan, pero se puede empezar poco a poco. Y si después de investigar algo sobre el aspartamo, os preocupan sus efectos, podéis empezar por algo... como dejar los chicles.

Ester

0 comentarios: